domingo, 13 de septiembre de 2015

paseábase el rey moro

Paseábase el rey moro
Paseábase el rey moro
por la ciudad de Granada
desde la puerta de Elvira
hasta la de Vivarrambla,
¡Ay de mi Alhama¡
Cartas le fueron venidas
que Alhama era ganada,
las cartas echó al fuego,
y el mensajero matara,
¡Ay de mi Alhama¡.
Descabalga de una mula,
y en un caballo cabalga,
por el Zacatín arriba
subido se había al Alhambra.
¡Ay de mi Alhama¡.
Como en la Ahambra estuvo
al mismo punto mandaba
que se toquen sus trompetas,
sus añafiles de plata,
¡Ay de mi Alhama¡.
Y que las cajas de guerra
aprisa toquen el arma,
porque lo oigan sus moros,
los de la Vega y Granada.
¡Ay de mi Alhama¡.
Los moros que el son oyeron
que el sangriento Marte llama,
uno a uno y dos a dos
juntando se ha gran batalla.
¡Ay de mi Alhama.
Allí habló un moro viejo,
de esta manera hablara.
¡Para qué nos llamas, rey
para qué es esta llamada¡.
¡Ay de mi Alhama¡
Habéis de saber amigos,
una nueva desdichada,
que cristianos de braveza
ya nos han ganado Alhama.
¡Ay de mi Alhama¡.
Aquí habló un alfaquí
de barba crecida y cana.
¡Bien se te emplea, buen rey
buen rey, bien se te empleara.
¡Ay de mi Alhama¡
Mataste los bencerrajes,
que eran la flor de Granada,
cogiste los tornadizos
de Córdoba la nombrada
¡Ay de mi Alhama
Por eso mereces ,rey
una pena muy doblada,
que te pierdas tú y el reino,
y aquí se pierda Granada.

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