Entre montañas preciosas
está el Valle de Lecrín,
un sitio maravilloso
para poder ser feliz.
Son sus olivos muy verdes,
sus naranjos tan hermosos
con el olor a azahar
que alucina y adormecen.
Los pájaros son felices
nos deleitan con sus trinos
y se suben a la torre
alegrando a los chiquillos.
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